Historia del Masaje (Parte I)

Desde la Antigüedad hasta el declive previo a la Edad Media

Introducción

La práctica del masaje se remonta a la más remota antigüedad, puede que incluso en la misma prehistoria, ya que es un hecho probado la manifestación de cierta tendencia natural en el mundo animal y concretamente en el ser humano, de acercar la mano, palpar, frotar, acariciar, presionar o incluso manipular definitivamente, una zona que se encuentra dolorida o molesta por un golpe, tensión, o cualquier otra causa.

Las noticias más antiguas sobre masaje se encuentran en manuscritos y grabados chinos, hindúes y egipcios. Considerado como un arte más dentro de la práctica de la medicina, la antigua cultura griega lo desarrolló y de ahí pasó a las culturas islámica y romana; de esta última heredó Occidente, pasando por un período de marcado rechazo durante la Edad Media y redescubierto en el Renacimiento, como tantas otras cosas. Al llegar al siglo XIX se produce un espectacular auge de la práctica, estudio y desarrollo del masaje y de ahí nace la grandísima riqueza de técnicas y métodos que aparecen y se desarrollan en el siglo XX. No hay que olvidar la presencia constante de interacciones con otras disciplinas que hoy en día consideramos separadas del masaje pero que a lo largo de la historia no siempre lo han sido, como son la Hidroterapia, la Gimnasia (y la práctica del ejercicio en general), las Terapias Reflexológicas o las Artes Marciales.

El origen de la denominación ‘Masaje’ no es perfectamente conocida, ya que comparte raíz en diversas culturas:

• Del árabe: mass o mass’h, significa tocar/ apretar/ frotar con suavidad.
• Del griego: massein, masso, significa tocar/ amasar.
• Del sánscrito: makeh, significa apretar con suavidad.
• Del hebreo: mashech, significa palpar/ tantear (1).

Antiguamente la aparición del término se asoció siempre a la práctica del ejercicio y la gimnasia. Y la primera figura de la historia que habla del masaje en su obra médica y en referencia a las manipulaciones que se realizan sobre la piel y el cuerpo es Le Gentil.

Le Gentil comenta sobre el masaje en 1779 que se trata de la práctica que realizaban los colonos franceses en la India; y posteriormente, en el siglo XIX, se habla de ‘ejercicio pasivo’, ‘manipulaciones terapéuticas’, ‘mecanoterapia manual’, “Tripsis” o “Frictio”; en Inglaterra se habla de “Snamponing”. Y así el término se va haciendo sitio en la mayoría de las lenguas indoeuropeas (2).

Oriente y Antigüedad

Como casi todo, el masaje ha evolucionado paralelamente en diversas culturas, con interacciones e intercambios de conocimientos en ciertos momentos, pero sin impedir que diferentes culturas hayan desarrollado el antiguamente considerado arte del masaje, con intenciones y personalidad propias.

En la India se encuentran noticias y referencias sobre la práctica del masaje en los libros sagrados del Hinduismo, los Vedas, datados aproximadamente hacia el 1800 a. C.; esta cultura habla también del masaje, Schampoonig, sus aplicaciones y realización.

En China se describen manipulaciones en los Libros blancos de Kong Fu, situados aproximadamente en el 3000 a. C. (es posible que esta obra se tradujera al francés en el siglo XVIII y fuera inspiración para Ling, fundador de la gimnasia sueca). Durante la dinastía Sui (617-589 a. C.) la práctica del masaje ya era de uso habitual; en este contexto inicialmente se habla del masaje Anmo (apretar o frotar, del An-mo jing, libro ya perdido del 300 a. C. atribuido al emperador Huang-di (3) ), y posteriormente Tui-Na (empujar o tirar). De los escritos chinos hereda Japón esta práctica.

Por otro lado, tenemos las obras médicas de Egipto, donde se encuentran referencias al masaje realizado con los pies. El masaje con aceites, conocido como Unción, era empleado y muy valorado por los antiguos Hebreos con finalidades terapéuticas y rituales. Y también existen referencias a la práctica del masaje en las culturas nativas americanas como los Mayas y los Incas.

Grecia y Roma

Durante los siglos de las antiguas sociedades griega y romana se aplicaba el masaje con propósitos terapéuticos, se realizaban con aceites y esencias y hay constancia en los escritos de Platón, Sócrates, Plinio y Plutarco, por ejemplo, sobre la creencia general por entonces de que los efectos terapéuticos de los masajes eran debidos a estas sustancias y también a la práctica del ejercicio físico, pero no al mismo masaje.

Cultura Griega

En la antigüedad de la mitología griega existe un pasaje de la Odisea de Homero (1000 a. C.)* donde se menciona cómo unas jóvenes dan masajes a los guerreros después de la batalla. Los griegos desarrollaron la práctica del masaje destinándola a sus atletas, aunque hay referencias relacionadas con distintas personalidades que lo extienden más allá de la práctica deportiva. El sabio griego Heródico, por el 500 a.C., defendía e indicaba la aplicación del masaje a sus pacientes; contribuyó de esta manera a la extensión de la gimnasia en Grecia.

Una importante personalidad en la antigua Grecia es el sabio Hipócrates de Cos (460-377 a.C.)4; llamó a la práctica del masaje ‘Anatripsis’, que significa fricciones, fricciones que recomendaba en casos de torceduras y estreñimiento. Estudió y estableció varias indicaciones sobre la ejecución de las manipulaciones:

• Acerca del sentido: ascendentes o centrípetas (hacia el corazón), o descendentes.

• Acerca de la intensidad: advertía de su importancia, ya que no siempre una misma manera de trabajar tiene el mismo efecto; él nos habla de sujetar o aflojar cuando habla de articulaciones y de ‘crear’, ‘consumir’ o ‘fundir’ carnes (tejidos).

Hipócrates fue el primer estudioso griego que describió y sistematizó la práctica del masaje con indicaciones específicas, combinándolo con estiramientos y tracciones, lo relacionó incluso con el entonces desconocido sistema circulatorio y habló de las virtudes de los aceites empleados como vehículo deslizante; así le da importancia en los casos de obesidad, parálisis, reumatismo o el masaje abdominal para el estreñimiento.

En los casos de íleo oclusivo, se encuentran referencias a la práctica del masaje de la mano de Praxágoras, discípulo de Hipócrates.

Cultura Romana

La cultura romana heredó y aprendió de la griega conocimientos de medicina y el arte del masaje. En las Termas Romanas los llamados Traclatores aplicaban técnicas de masaje con aceite de oliva y otros productos. Las damas de la sociedad romana se hacían dar masajes para favorecer la salud del cuerpo y la belleza; de esta manera venían a sustituir la gimnasia, una práctica que por entonces no se considerada apropiada para la mujer.

Asclepiades de Bitinia (125-56 a.C. aproximadamente)(5) fue un médico de origen griego que ejerció su actividad en Roma. Fundamentó su medicina en el Masaje, el Ejercicio y la Hidroterapia. En cuanto al masaje no dejó instrucciones precisas sobre el sentido en que debía ejecutarse; en sus tratamientos también utilizaba cataplasmas y sustancias procedentes de plantas. Fue un gran defensor de los baños como terapia y recomendaba fricciones y frotaciones sobre la columna vertebral en casos de convulsiones, espasmos y dolor.

Areteo, que fué otro médico discípulo de Asclepiades, continuó su línea de principios terapéuticos.

La gran personalidad de la cultura romana la encontramos en Galeno de Pérgamo (129-199)(6), nacido en Grecia y médico del emperador Marco Aurelio en Roma. Muchas de sus obras se perdieron pero se sabe que era buen conocedor de la obra de Hipócrates y que contribuyó al avance del conocimiento médico de la época, hasta el punto de marcar pauta durante toda la Edad Media y hasta la edad moderna.

Como ejemplo práctico tenemos a Julio César (55 a. C.), que padecía de epilepsia y se hacia pellizcar todo el cuerpo como medida contrairritante de los dolores neurálgicos que sufría. Aulo Cornelio Celso (25 a. C.-50 d. C.), médico romano, mejoraba los dolores de cabeza y la parálisis flácida mediante frotaciones y masajes. Se le atribuye una importante labor recopilatoria del saber médico de la época.

Galeno, médico oficial de los gladiadores, ideó maniobras y procedimientos de masaje específicas para su musculatura y actividad; también precisó procedimientos de masaje y ejercicios con finalidades curativas.

El declive

El arte y práctica del masaje experimenta un grave declive en las etapas finales del Imperio Romano. Tres son las razones fundamentales del descrédito:

• La sociedad romana se encamina hacia costumbres y estilos de vida libertinos, éstos propician que las técnicas y formas conocidas de terapia manual se enfoquen en ocasiones hacia propósitos eróticos y sexuales, degradando el verdadero espíritu de la práctica masoterápica.

• El cristianismo que se implanta en la sociedad romana rechaza rotundamente cualquier muestra de contacto físico, y como consecuencia de los tratamientos corporales, ya que los valores cristianos, nuevos para la sociedad romana, priman más el cuidado y cultivo del alma dejando de lado e incluso abandonando la salud del cuerpo.

• Abundancia de personas incompetentes y oportunistas que, sin conocimientos adecuados y sin intenciones honestas, practican la terapia manual.

A pesar de esta crisis del Imperio Romano, la labor impulsada por Hipócrates y Galeno sobrevive en el Imperio Bizantino (s. IV-VII). En esta etapa el masaje continúa como parte de la medicina natural de la mano de varios médicos, por ejemplo Zenón de Chipre, Oribasio y Alejandro de Tralles (este último en Alejandría).

El mundo árabe se interesa también por las terapias manuales y a su manera es continuadora de la medicina Hipocrático-Galénica.

En este contexto destaca la personalidad de Avicenna (Abu Ali Al-Hussayn Iber Sina, 930-1037) médico árabe que continúa con la tradición del masaje. Su aportación al saber de la época y respecto al masaje consiste en la descripción de sus cualidades y establecimiento de indicaciones para la aplicación de diversas técnicas. Para Avicenna “el objeto del masaje es dispersar los catabolitos formados en los músculos y no eliminados por el ejercicio, ya que la función restauradores después del ejercicio produce descanso” (7).

Otro médico árabe, Albucasis (936-1013) escribió un tratado de 30 tomos, refiriéndose al masaje en diversos pasajes de su obra.

Todos los derechos reservados. Prohibida la copia de este artículo.
Autores: Manel Moreno y Dan Varllej, asociados a Practitioner's Register, conferenciantes y escritores
"Historia del Masaje (Parte I). Desde la Antigüedad hasta el declive previo a la Edad Media".
© 2007 autores

Notas:

1. Estas referencias lingüísticas se han consultado de las obras 1 y 2 de la bibliografía, donde en algunos casos se presentan distintas escrituras para las mismas raíces de la palabra.

2. El Masaje Terapéutico y Deportivo. Dr. Jesús Vázquez Gallego. Mandala Ediciones. Página 6.
3. Tui-Na, Masaje Chino Tradicional. Juan R. Villaverde. Mandala Ediciones. Página 6.

4. Esta referencia cronológica varía según las fuentes consultadas; en este caso se ha recurrido a la obra de Sandy Fritz, Fundamentos del Masaje Terapéutico. Editorial Paidotribo. Página 5.

5. El Masaje Terapéutico y Deportivo. Dr. Jesús Vázquez Gallego. Mandala Ediciones. Página 5.

6. Esta referencia cronológica varía según las fuentes consultadas; en este caso se ha recurrido a la obra de Sandy Fritz, Fundamentos del Masaje Terapéutico. Editorial Paidotribo. Página 6.

7. Atribuido a Avicenna, de la obra: El Masaje Terapéutico y Deportivo. Dr. Jesús Vázquez Gallego. Mandala Ediciones.

*: Debe hacerse aqui una corrección respecto al texto original de este escrito: la datación precisa de la Odisea de Homero es desconocida y las cifran varían según las fuentes que se consulten.

Bibliografía

1. Dr. Jesús Vázquez Gallego.
"El Masaje Terapéutico y Deportivo".
Mandala Ediciones.

2. Sandy Fritz.
"Fundamentos del Masaje Terapéutico".
Editorial Paidotribo.

3. Juan R. Villaverde.
"Tui-Na, Masaje Chino Tradicional".
Mandala Ediciones.

4. Dr. J. Sagrera Ferrándiz.
"Quiromasaje, Técnica y Sensibilidad".
Editorial Meteora S.L.

5. Dr. Prof. Subhash Ranade, B.A.M.&S., M.A.Sc., Ph.D. y Dr. Rajan Rawat.
"Masaje Ayurvédico (Diploma en masaje ayurvédico)".
Traducción al castellano de Jorge Rizzo.
International School for Ayurvedic Culture.

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