La Moxibustión es una técnica propia de la Medicina Tradicional China (MTC), que usa el calor como herramienta terapéutica. Para generar ese calor se emplea la planta de Artemisa (Artemisia Vulgaris), que después de seca, molida y preparada se enciende para aplicar el calor que desprende sobre el cuerpo de la persona.
Esta técnica es originaria de China, cuenta con una larga historia y es posiblemente la práctica terapéutica más antigua de la humanidad, ya que desde la dominación del fuego, éste ha servido para calentarse y eliminar el frío del cuerpo.
Según una lista que publicó en 1979 la OMS, la Moxibustión está indicada en un amplio abanico de enfermedades; en esta lista aparecen, entre muchas otras, patologías como la hernia discal, dolor de espalda, dolor muscular o general, desequilibrios energéticos, lumbalgia, tortícolis, dolor menstrual, infertilidad, exceso de frío interno, diarrea por frío o regulación el sistema reproductor femenino; es importante destacar su uso como calmante de dolor, sedante y reequilibrador.
Los acupuntores emplean la Moxibustión para calentar regiones del cuerpo y puntos de acupuntura, así como meridianos y articulaciones. El calor que aporta la Moxibustión sirve para combatir el Frío y la Humedad, mejorando la circulación de Qi (energía) y Xue (Sangre), buscando restablecer el equilibrio de las dos energías básicas Yin-Yang, cuyo desequilibrio (según las teorías de la MTC) es el origen de la enfermedad. La Medicina Tradicional China asegura que la moxibustión actúa contra el resfriado y malestar general.
Existen varias maneras de aplicar la Moxibustión, dependiendo de la técnica y del efecto que se desee lograr. Uno de los métodos más conocidos es el uso del puro de moxa, un rollo de artemisa prensada envuelto en papel de arroz con la forma de cigarro-puro. Se enciende por un extremo y el acupuntor va aplicando el calor (por proximidad) que genera la combustión de la Artemisa, sobre las distintas partes o regiones del cuerpo que desee tratar.
Otra técnica muy empleada es poner un trozo de puro en la cabeza de la aguja; al encenderlo se calienta la aguja y esta transmite el calor al punto de acupuntura, técnica se llamada “aguja caliente”, muy usada por los acupuntores y muy útil, ya que dirige el calor de la moxibustión directamente al punto de acupuntura deseado.
Si por el contrario se precisa calentar una zona amplia se opta por la técnica de la caja de moxibustión, generalmente una caja de madera en el interior de la cual se enciende la artemisa, calentando toda el área que abarque.
En contra de lo que muchas personas creen, el uso de Moxa sobre el cuerpo no es desagradable ni produce sensación de abrasamiento. La Moxa no quema como lo haría un trozo de madera o carbón. La forma de quemar de la Moxa es lenta, suave y sin llama, produciendo un calor suave, muy agradable y que penetra lentamente en el cuerpo.
Al estimular los puntos acupunturales con Moxibustión, los impulsos provocados por las terminaciones nerviosas de la piel causan la dilatación de los capilares, incrementando la circulación sanguínea en todo el cuerpo en general y especialmente sobre las aéreas asociadas al punto que tratamos. También actúa sobre los meridianos de acupuntura que describe la Medicina Tradicional China.
El 16 de noviembre de 2010, la Unesco declaró la Acupuntura China y la Moxibustión como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
© Manel Moreno y equipo.
Experto universitario en Acupuntura bioenergética y moxibustión.
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