Técnica Metamórfica

Metamorfosis • Masaje Metamórfico

La “Técnica Metamórfica” es conocida también con otras denominaciones, como “Terapia de la Metamorfosis”, “Terapia Metamórfica”, e incluso como “Metamorfosis”. Se trata de una disciplina del ámbito energético-vibracional, dentro del conjunto de Terapias Naturales y Terapias Alternativas. Es una de las técnicas terapéuticas más sencillas que existen, y muy democrática en el sentido de que puede ser aplicada por cualquier persona que lo desee, en el mismo ámbito privado y doméstico, familiar, lo que la pone al alcance de todos.

En su realización, la Técnica Metamórfica consiste en un suavísimo masaje, una caricia, un roce apenas, que se extiende a lo largo de la “zona refleja” de la columna vertebral de los pies (figura 1) y de las manos; en la cabeza también, a lo largo del meridiano de acupuntura Vaso Gobernador y la línea del Occipital. Esta zona refleja era conocida por la Reflexología Podal ya antes de existir la Técnica Metamórfica: comprende la franja del arco interno de ambos pies, con su equivalencia en otros tipos de reflexología, localizándose así también esta zona reflexológica en manos, cabeza, nariz, iris, espalda, etc.

En Técnica Metamórfica se trabaja sobre esta zona refleja de la columna vertebral, pero el tratamiento sólo se realiza en su localización de pies, manos y cabeza. La atención a estas tres expresiones reflejas del cuerpo, en el orden mencionado, constituye el núcleo protocolario para realizar la Metamorfosis. El “Masaje” o “Toque Suave” sobre este reflejo, moviliza y estimula energías e información propias de la persona, ambas alojadas a lo largo de la columna vertebral durante el período de gestación de cada cual, desde que somos concebidos hasta que nacemos. En esta técnica se asume que desde el momento en que somos concebidos y hasta el momento del nacimiento, el nuevo ser en formación y crecimiento recibe y asimila todo tipo de información procedente del medio exterior, a través claro está de la madre, que por entonces constituye su entorno físico más inmediato. La técnica llamada “Terapia Metamórfica” se fundamenta asumiendo este hecho y postulando que todos estos “datos prenatales” conforman pautas y patrones que influyen después a lo largo de la vida a todos los niveles: emocional, mental, incluso físico, intelectual, etc; desde este punto de vista toda la “información prenatal” es actual (vigente) y efectiva (con efectos) durante el resto de la vida del individuo.

La Historia

Esta técnica tiene una historia reciente que como decimos nace de la Reflexología Podal; su protagonista es Robert St. John, reflexólogo inglés que gradualmente fue descubriendo las grandes posibilidades de la Metamorfosis mediante la observación y reflexión de los hechos observados; probablemente una personalidad generosa, con especial sensibilidad, proximidad y atención a los detalles, propició el descubrimiento de lo que hoy se conoce como Técnica Metamórfica. A pesar de la proximidad en el tiempo, ocurre que los datos relativos a los orígenes de esta técnica natural son algo confusos y a veces contradictorios; la bibliografía sobre el tema es escasa si comparamos con la cantidad de libros sobre otras terapias, y hace pocos años era prácticamente nula. En unos casos se explica cómo Robert St. John observó cambios de conducta en una niña con síndrome de Down después de haberle aplicado una suave reflexología, revelando así la observación como causa para este cambio, el masaje sobre la zona correspondiente a la columna vertebral. En otras referencias se habla de que esta niña era hija de Robert St. John, y que continuó sus observaciones con niños autistas.

La observación de grandes y sorprendentes mejorías en niños y niñas con síndrome de Down y autismo, fue la clave para seguir aplicando el masaje suave en la zona de la columna vertebral también a personas adultas; poco a poco, Robert St. John trató de extraer conclusiones, algunas basadas en el aspecto de ciertas zonas de los pies, en concreto del talón y el pulgar; estas observaciones, así como cierta “creatividad reveladora” le llevó a identificar la zona refleja de la columna vertebral no sólo con la conocida correspondencia anatómica de la reflexología podal, de naturaleza espacial, sino (además) con el “reflejo de un período temporal”, en concreto todo el período prenatal, que va desde la concepción (zona refleja en el pulgar) hasta el nacimiento (zona refleja en el talón).

Esta quizás intrincada y sorprendente correspondencia resultó de la observación y escucha de Robert a sus pacientes; observó anormalidades en la piel y/o aspecto de los pies en la zona del pulgar y en la zona del talón. Los pacientes solían expresar recuerdos, conflictos y resistencias con la madre en los casos de anormalidades en el talón; y lo mismo en relación al padre cuando la anormalidades se localizaban por la zona del pulgar. Las desarmonías y desencuentros señalaban a madre y padre, pero también hacían referencia a los arquetipos femenino y masculino, las funciones y características que el entorno social y familiar de la persona asociaba a la mujer o al hombre.

Ambas zonas del lateral del pie (figura 2), pulgar y talón, están al principio y al final de la columna vertebral vista en su representación reflexológica, pero la clave de la nueva técnica fue para Robert St. John la identificación de estos puntos extremos con los dos momentos extremos del período de gestación: el de la Concepción porque es lógico asociarlo a la acción del padre (la parte masculina), y el Nacimiento por la misma razón con la madre, la parte femenina.

Es notable el paso dado por Robert St. John al respecto, primero por identificar ciertas áreas con ciertos momentos, ligados ambos por todo el período de gestación, lo que lleva a “extender” la concepción de la reflexología de lo espacial (unas áreas se corresponden con otras) a lo temporal, de una manera original nunca vista hasta entonces. Segundo por afianzar en cierta manera la realidad de la reflexología al encontrar una correspondencia reflexológica más, de naturaleza temporal esta vez, lo que puede entenderse como una notable contribución al desarrollo de la reflexología.

La Técnica

Estos datos solo son unas breves referencias sobre la base teórica e histórica de la Técnica Metamórfica; sin embargo, la aplicación de la técnica es tan sencilla como hemos dicho: un suave masaje-caricia a lo largo de las zonas reflejas de la columna vertebral, primero en los dos pies, después en ambas manos y por último en la línea del occipital y central de la cabeza; de esta manera tan sencilla es como se viene aplicando esta terapia por parte de quien sinceramente desea aplicarla, sin necesidad de conocimientos de naturopatía ni reflexología.

Si hay dos cosas en las que se insiste para la aplicación correcta de la Metamorfosis; la primera es el desapego personal, la ecuanimidad en la actitud de quien la aplica. Y la segunda es que se pueden dar crisis curativas. Lo primero significa que mientras se realiza la sesión, sea ésta en una instalación profesional al uso de las terapias naturales, o sea en el ámbito doméstico por parte de un familiar, se debe mantener una actitud personal de completa aceptación y desapego con la situación de quien recibe la sesión; la mejor palabra para expresarlo es la que siempre se dice, “catálisis”, lo que implica que nuestra presencia simplemente da lugar a la movilización y estímulo de las propias energías vitales de la persona, energías presentes en un estado especialmente puro y primigenio en el período prenatal, durante el cual nos formamos y crecemos, un período de la vida (que comienza en el instante de la Concepción) de tránsito entre lo que sea que “seamos antes” (de la concepción) y lo que somos después de nacer; de ambas cosas, realmente bien poco sabemos con seguridad.

En cierta manera es lógico pensar que las energías vitales e informaciones asociadas, especialmente activas por entonces por natural necesidad de la situación, continúen siendo a día de hoy “fuente vital”, por un lado, como también, si lo pensamos, fuente de problemas cuando en momentos o períodos concretos se hayan producido bloqueos o desarmonías que han quedado “gravados”, a su manera vibracional y según su propia naturaleza.

Por otro lado es lógico también (y a tener en cuenta) que se den crisis curativas, ya que si lo que hacemos es “movilizar” y “estimular” energía e información, los reajustes o reordenamientos posteriores, manifiestan no sólo la existencia de esta información si no también su contenido y naturaleza.

Un símil astronómico

Una manera gráfica de imaginar lo lógico de este “efecto lejano” puede ser la luz natural que nos llega de las galaxias lejanas; la ciencia nos ha revelado que la velocidad de la luz es finita, que ésta no viaja instantáneamente de un lugar a otro, con lo que tarda un tiempo en hacer la travesía; si el Sol empezara en este momento a emitir luz, desde nuestro planeta tardaríamos aproximadamente ocho minutos en ver esa primera luz, revelándonos una imagen del sol correspondiente a ocho minutos atrás; si de repente la luz emitida por el sol cambiara de color, tardaríamos ocho minutos en conocer el hecho de este cambio. El caso es que la información que nos llega del sol dista de nosotros en el espacio, lo sabemos, pero también dista en el tiempo, una separación menos inmediata de comprender para nuestro entendimiento que las concretas y pragmáticas medidas del espacio. De alguna manera esta situación conecta e ilustra lo que ocurre en nuestro contexto de la Técnica Metamórfica: nos dice que lo ocurrido antaño es fuente de realidad hoy, la entendamos como verdad o como una expresión de otra realidad.

Nuevos planteamientos

Como vemos, en Técnica Metamórfica se nos propone un planteamiento que difiere de los fundamentos de otras terapias naturales: el/la terapeuta no ejerce ninguna acción real en el proceso de sanación, su función es simplemente catalizadora: posibilitar sin intervenir la estimulación de las propias capacidades sanadoras de la persona; en realidad se entiende como una terapia de autocuración.

Dando un valor especialmente remarcable a este hecho, a diferencia de otros contextos de terapias energéticas, aclaramos que en Metamorfosis la energía en acción es la propia de quien recibe la terapia, pues el terapeuta no transmite su energía propia como en aplicaciones de imposición de manos, ni transmite la energía vital del universo como en Reiki; el catalizador sólo “está presente”; con su maniobra estimula (despierta, activa) la propia energía vital del paciente; es cierto que hay un contacto energético y físico entre ambas personas, lo que hace inevitable cierto intercambio, claro, sin embargo esta interacción se limita a la catalización del cambio natural y espontáneo de la persona, quien como beneficiario de ello (se asume en Metamórfica) interacciona consigo mismo/a para posibilitar y realizar el cambio que su libertad y naturaleza demanden, requieran, convengan; la verdadera interacción es la de la persona con su propia naturaleza, lo que nos habla de un camino de autoconocimiento posibilitado por la Técnica Metamórfica.

Como en todas las disciplinas, las diversas terapias naturales y/o alternativas, así como los diversos métodos de desarrollo personal, con lo dicho hasta aquí queda claro que se asumen ciertos hechos como reales, y en base a estos hechos se razona y construye la teoría o filosofía de la técnica, así como su práctica. En todos o casi todos los campos existe este “cuerpo de doctrina”, o contenido filosófico; la Técnica Metamórfica también lo tiene y algunos de sus aspectos los hemos expuesto. En este sentido filosófico, doctrinal o axiomático, aceptamos que la vida consciente comienza en el instante de la Concepción, aceptamos que la columna vertebral aloja energías e información del período prenatal y de sus circunstancias; aceptamos que de alguna manera el conjunto de ambas cosas (energía e información) se encuentran resumidas o encriptadas en el momento de la Concepción; aceptamos que todos estos datos del pasado tienen una influencia capital en la vida presente de la persona, y quizás lo más sorprendente: defendemos que es posible acceder a esta información y corregir cualquier desarmonía que en su momento se produjera, que esto es posible en cualquier momento de la vida y simplemente por una acción de “movilización”, de “estímulo”, como un suave “despertar”.

Aunque todos estos aspectos o preceptos cuentan con sus argumentaciones y su plausibilidad debidamente contextualizadas, hay que admitir que todo ello, entre otras cosas, es mucho aceptar o suponer para muchas personas, y más aún considerarlo con el convencimiento práctico suficiente como para aplicar o autoaplicarse la técnica, exponerla a los demás, defenderla. Nuestra sociedad altamente tecnificada, pragmática, impaciente y sedienta de evidencias no lo pone fácil, más ello no debe ser obstáculo para quien sienta en su interior aquella curiosidad o despertar que nos puede acercar a la Técnica Metamórfica, poco a poco más conocida y practicada. Se trata de cultivar la capacidad vivencial que todos tenemos, pensando que posiblemente siempre hay algo que más o menos a tiempo y con más o menos éxito, podemos también hacer personalmente para armonizarnos, aliviar las cargas de la vida e incluso sanar dado el caso; y la Técnica Metamórfica puede, si sentimos esa curiosidad e intuición, ser esa herramienta adicional, ese punto de vista nuevo compatible con todos los demás, fácil de realizar y democrático como hemos dicho.

El recurso de la Metamorfosis

Por otra parte, el desconocimiento de todo lo que venimos especificando en estos párrafos, e incluso el desacuerdo con ciertos preceptos, en absoluto impide la práctica de la técnica y su efecto; la prueba más clara de ello son los niños, que son grandes catalizadores sin necesidad alguna de asistir a clases ni exposiciones filosóficas al respecto; unas simples indicaciones hacen que cualquier niño o niña que lo desee realice el suave masaje metamórfico correctamente. Probablemente los más pequeños mantienen una conexión con su vida prenatal mayor que los adultos, una relación de espontaneidad y naturalidad con la vida en el universo mayor que en cualquier adulto, una conexión natural dada la proximidad temporal con su Concepción y la menor “carga informativa” con la que cuentan, la ausencia de los “programas” nuevos que en forma de instrucción y educación se adquieren en su desarrollo como parte de la sociedad. En este sentido el trabajo de cualquier persona es mantener su esencia personal beneficiándose de todo lo que ofrece la vida, aunque lo que nos ocurre a menudo es que, por razones de tiempo disponible y circunstancias de todo tipo, el desenvolvimiento en el mundo y su materialidad facilita el “olvido” de lo a-verbal que conozcamos, que en cierta manera es lo real en la existencia, de lo cual hablan multitud de pensadores y sistemas filosóficos. De ahí quizás la necesidad de muchos por el contacto con el arte, la poesía, la búsqueda de valores inmateriales, el pensamiento, etc, en definitiva el intento de ver más allá de lo visible y tangible.

Volviendo a la práctica y en relación a lo que acabamos de comentar, diluir los bloqueos energéticos procedentes del período prenatal mediante la Técnica Metamórfica da lugar a cambios notorios en la persona, iniciándose un proceso de desarrollo y despliegue de las propias capacidades y potencialidades personales que no han podido manifestarse hasta el momento. Esto nos habla, además de un camino de autoconocimiento que ya hemos mencionado, de un camino de desarrollo y de transformación personal para acercarnos y quizás alcanzar metas nuevas, anheladas o retomadas, una comprensión nueva de las cosas que comienza por el cambio personal, llámese armonización, equilibrio, reorganización, ..., con traducciones o expresiones en el campo familiar, profesional, intelectual, ...

La Técnica Metamórfica trabaja con la misma vida, la fuerza vital que lo impregna todo y de la que todos tomamos parte, por esto se dice que su práctica es un acto de catalización, una “activación de nuestro ser”, ya que las personas no somos un conjunto de partes si no un todo que debe funcionar de forma armónica; cuando existen nudos o bloqueos que impiden el libre movimiento y expresión de la vida en todas sus facetas, a través de esta técnica podemos aprender y tomar conciencia sobre nuestra naturaleza, tanto de la más propia como individuos como de la más genérica como parte de un entorno y como parte de este universo.

Y por último, la Técnica de la Metamórfica también es algo más profundo, ya que nos brinda la posibilidad de alcanzar la conciencia que se ha diluido por el camino desde el momento de la Concepción; nos enseña que nuestro crecimiento y transformación no finaliza con el nacimiento y la infancia, si no que iniciándose en el momento en que somos concebidos, continua a día de hoy, sin interrupción hasta el último instante de la vida terrenal, pues es innegable que no nos deja de proporcionar vivencias.

Nota Importante: Este es un artículo de carácter informativo y divulgativo. Nada de lo que se dice en este artículo sustituye, completa ni complementa los diagnósticos, valoraciones y tratamientos de la psicología, la psiquiatría u otra área de la salud y/o asesoramiento. Se trata de una teoría paralela o alternativa, relacionada con las terapias naturales, y que debe ser compatible con las otras disciplinas.

Dan Varllej, Catalizador, formador, escritor, equipo Manel Moreno

Todos los derechos reservados. Prohibida la copia de este artículo
Autor: Dan Varllej
"Técnica Metamórfica"
© 2013 Dan Varllej

figura 1 Aplicación de Metamorfosis en los pies

figura 2 Reflejos espinales y prenatales

Bibliografía

Gaston Saint-Pierre y Debbie Shapiro
"La Técnica Metamórfica, Principios y prácticas del masaje metamórfico".
Gaia Ediciones 2004

María del Carmen Boira
"Guía práctica de la técnica metamórfica".
Ediciones Indigo 2005

Maria del Carmen Boira
"La técnica metamórfica y los niños".
Ediciones Indigo 2009

Carmen Benito Rico
"De la técnica metamórfica al masaje celular".
Natural Ediciones 2011

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